Lisboa es
una ciudad rica en historias y puntos turísticos. Uno de esos magníficos
lugares de Lisboa que no pueden faltar en ningún itinerario es el Monasterio
de los Jerónimos. Situado en Belém, a la entrada del Río Tajo.
El local fue encomendado por el rey Dom Manuel I, después de que Vasco da
Gama regresase del viaje a India. La obra fue iniciada hacia 1502, y en
1517 todavía se amplió con aleros y nuevos espacios dentro del mismo.
El nombre
del Monasterio de los Jerónimos es debido al hecho de que la obra fue
entregado a la Orden de San Jerónimo que lo ocupó hasta 1843,
sobreviviendo al terremoto de 1755, ya que la estructura esta asentada en los
bancos de arena del Tajo.
Solamente
fue damnificado en el siglo XIX, durante la invasion de las tropas de Napoleón.
Aquí están
los túmulos de varios reyes, entre ellos el de Dom Manuel I y su mujer Dona
María, el túmulo de Dom João III y su mujer Dona Catarina, de Dom Sebastião y Dom
Henrique y también del navegante y descubridor Vasco da Gama y de Luís Vaz de
Camões, Alexandre Herculano y Fernando Pessoa.
La arquitectura del Monasterio de los Jerónimos está
totalmente repleta de símbolos del arte de la navegación y de esculturas de
plantas y animales exóticos. Una extensión fue construida en 1850 y en ella
está el Museo de Arqueología. En cambio, el Museo de la Marina queda en el
alero oeste. El monumento fue considerado patrimonio mundial por la UNESCO
en 1984 , y el 7 de Julio de 2007 fue elegido como una de las siete maravillas
de Portugal.
Los principales puntos a visitar en el Monasterio es la Puerta
Sur, centro visual de toda la fachada del edificio que se desarrolla
prácticamente paralelo al río. La puerta principal es menos imponente que la
puerta Sur, pero es el principal punto de entrada del Monasterio. La Iglesia de
Santa María de Belém, hecha como forma y homenaje a la santa.
La capilla mayor, donde se fundó podemos ver las pinturas de
Lourenço Salzedo, que son escenas de la Pasión de Cristo y Adoración de los
Magos.
Si visitamos Lisboa no podemos dejar de visitar este
edificio maravilloso, lleno de historias construido en el mejor estilo
manuelino, un lugar
impresionante y grandioso.