La ciudad de Bragança es la capital de la región de Tras-os-Montes. Es una ciudad aislada que queda en un área montañosa en Portugal. Es un punto turístico poco explotado todavía, por ello mismo es una aventura a ser descubierta, pedazo por pedazo, sobre todo por el hecho de conservar sus características medievales.
En Bragança obtendremos una vista deslumbrante de todos los paisajes, de las villas históricas además de la rica gastronomía y del estilo de vida de la población totalmente marcado por las tradiciones. Un lugar que llena los ojos y la mente.
La ciudad es pequeña y rodeada por murallas, eso es bueno, ya que así usted puede conocer todo lo local con calma y ver todo lo que la ciudad ofrece.
La ciudad todavía queda en los límites del Parque Natural de Montesinho; una de las áreas consideradas más salvajes de toda Europa. Aquí en la montaña usted encuentra diversos bosques de roble y todavía se pueden contemplar especies como lobos, jabalíes y la fascinante y bella águila real.
La ciudad todavía queda en los límites del Parque Natural de Montesinho; una de las áreas consideradas más salvajes de toda Europa. Aquí en la montaña usted encuentra diversos bosques de roble y todavía se pueden contemplar especies como lobos, jabalíes y la fascinante y bella águila real.
La Sé/ Catedral es una de las visitas obligatorias; era abrigo de los jesuitas y después pasó a ser de la corona portuguesa. El museo Abade de Baçal queda entre la catedral y la ciudadela. En él se exponen interesantes piezas de arte sacro y las pinturas de Alberto Souza, además de una muestra etnográfica.
Tambien podemos visitar Vinhais o Miranda do Douro, otra villa antigua y toda murada que hace frontera con España,o a Torre de Moncorvo, una villa que se enorgullece y preserva los trazos medievales de su creación.