La Catedral irrumpe majestuosa y robusta en la Praça Velha. Comenzada su construcción en el siglo XIV, fue concluida dos siglos más tarde.
Tiene aspecto de fortaleza, flanqueada por las dos torres del campanario, de cuerpo octogonal. En el imponente interior del templo destaca el retablo de piedra de Anlá, atribuido al escultor Joáo de Ruáo. Junto al ábside de la catedral, la torre de homenaje es la única estructura que queda del castillo de la ciudad.
En la plaza aún llama la atención un edificio de granito que se abre en tres arcos resguardados por rejas de hierro forjado y coronados por pináculos con esferas armilares. Construido en el siglo XVII, hoy alberga una Oficina de Turismo.
Es agradable pasear por las calles adyacentes a la plaza y poder apreciar el comercio tradicional , en algunas de estas calles aún se distinguen vestigios de la presencia judia en la ciudad, el empedrado data de la época medieval y las puertas de entrada de las casas reflejan la primitiva tipología de las viviendas.
Merece ser visitada la Casa das Chaves Bandarra, en cuyo interior encontramos un arco ojival esculpido con una enigmática decoración. Según la tradición, esta puerta era la entrada a la sinagoga de la ciudad.
Es imprescindible la visita a la iglesia de la Misericordia, construida en el siglo XVII, del exterior destaca la trabajada cantería y del interior, la decoración barroca de época de Don Joáo V.
Antes de atravesar las puertas de la ciudad, se encuentra la iglesia de Sao Vicente, el Palacio Episcopal y el antiguo Seminario. La primera data del siglo XVII y muestra las armas episcopales en la fachada de estilo barroco. La vida de Jesucristo está historiada en los dieciséis murales de azulejos de la nave. En cuanto al Palacio, del siglo XVIII, está decorado con un nicho y dos ventanales, todo de piedra. Actualmente el Seminario alberga el Museo Regional, donde se exponen colecciones arqueológicas y etnológicas pertenecientes a la región. Se recomienda subir a la Torre de los Ferreiros, aún enmarcada por un trozo de la muralla medieval y que data del siglo XIII. Desde lo alto de la torre se disfruta de un paisaje soberbio que llega hasta la frontera con España.
A la salida de la ciudad se encuentran el convento de Sao Francisco y la Capela do Milreu un templo románico con abundante decoración exterior , y que data del siglo XI.
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