Oporto con su pronunciado desnivel hacia las aguas del río Douro es una ciudad para ser contemplada.
Uno de los balcones privilegiados para hacerlo es lo alto de la Torre dos Clérigos, a la cual se accede por una escalera de 225 peldaños, allí se puede disfrutar de una espectacular panorámica de los tejados portugueses y de la desembocadura del río Duero.
Sin embargo el mejor mirador es el de que está en el Convento da Serra do Pilar, en Vila Nova de Gaia.
Desde ahí la vista del caserío es espectacular con el puente de hierro en primer plano y de fondo la totalidad del casco antiguo coronado por la Catedral de Oporto y el palacio de la Bolsa, y hacia la izquierda los tejados de los grandes bodegas de Gaia y un amplio tramo del río Duero hasta el mar.
