El gallo de Barcelos


Cuenta la leyenda del Gallo de Barcelos que un peregrino que salía de Barcelos camino de Santiago de Compostela, fue acusado de haber cometido un robo, y fue condenado a la horca.
Su última voluntad, fue ser llevado ante el juez, que se encontraba comiendo un gallo asado.
El condenado dijo que, como prueba de su inocencia, el gallo reviviria y se pondría a cantar.
Y precisamente en el momento en que el preso estaba siendo ajusticiado, el gallo cantó.
El juez, echó a correr hacia la horca donde el reo se había salvado gracias a un nudo mal hecho.
Según la leyenda, el peregrino era gallego y volvió años más tarde para esculpir el crucero del Senhor do Galo que hoy en dia está en el MuseoArqueológico de Barcelos.